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05 febrero 2021

Deconstruyendo #03 - Alma y los siete monstruos: Depresión

En este post vamos a analizar en profundidad Alma y los siete monstruos, la novela más realista de Iria G. Parete y Selene M. Pascual. Este es, en mi opinión, uno de los mejores libros de estas autoras y de los más importantes que han escrito hasta ahora. Quiero dejar claro que NO soy psicóloga ni estudiante de psicología ni nada parecido. Sí he sufrido un episodio de inicio de depresión que ya está superado, así que hablo más desde un punto de vista personal. He consultado varias fuentes para hacer este post, como la web de OMS. Aviso de que en este post va a haber muchos SPOILERS, así leerlo bajo vuestra responsabilidad. 


Esta novela trata la depresión en la infancia, pero cualquier persona puede identificarse con Alma. Las propias autoras aseguran que quisieron hacer esta novela porque consideran que es un tema del que hay que hablar, especialmente entre los jóvenes.  Y no puedo estar más de acuerdo. La depresión es un tema muy serio con el que no se puede jugar ni se puede trivializar. Me parece que han hecho un trabajo excelente describiendo los síntomas de la depresión y cuanto puede impactar en la vida de las personas. 


La depresión es un trastorno mental muy frecuente, de hecho es considerado como uno de los más frecuentes, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimiento de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Se calcula que casi 300 millones de personas la sufren en el mundo. Todos estos síntomas se materializan en la novela en los diferentes monstruos que Alma ve bajo su cama. No todos estos síntomas se presentan a la vez ni en un orden determinado, pero si que suelen acabar apareciendo todos. 


En el caso de Alma todo empieza con Uno que sería la pérdida del autoestima. La autoestima es fundamental para poder sentirse cómodo en la piel de uno mismo. Se basa en las percepciones, evaluaciones e ideas que tenemos en nosotros mismos. La baja autoestima suele derivar en problemas más graves de autoaceptación. Lo más común en las personas con baja autoestima por culpa de la depresión es que son demasiado duras consigo mismas, se juzgan de forma demasiado severa y admiten las cosas positivas que tienen. La baja autoestima no está siempre relacionada con la depresión, pero si que puede ser un síntoma de esta. 


El segundo síntoma de Alma es el cansancio ejemplificado por DOS. El cansancio es una reacción natural del cuerpo al hacer un trabajo, físico o intelectual, que requiera un gran consumo de energía. El problema surge cuando este cansancio se vuelve patológico. Alma se siente cansada incluso antes de hacer ningún tipo de esfuerzo. Este cansancio prolongado es muy perjudicial en el día a día porque impide que las personas hagan sus labores habituales de manera eficiente. 


Tres se correspondería con el insomnio. Todos sabemos que el insomnio es la imposibilidad de dormir por la noche, pero tiene más facetas. Los médicos consideran insomnio también cuando una persona se despierta repetidamente por la noche, cuando se despierta muy temprano por la mañana o no descansa bien. Dormir es fundamental para la vida humana. Si una persona no duerme puede llegar a morir. El problema de la gente con depresión es que se juntan los monstruos Dos y Tres de Alma. Si de mano una persona con depresión tiene esa sensación de cansancio constante, imaginaros cómo llega a aumentar cuando no se puede dormir bien. 


El cuarto síntoma que padece Alma es la pérdida de la atención, que no es lo mismo que el déficit de atención. La falta de atención que Alma sufre no es por una afección crónica, sino que deriva del cansancio acumulado por Dos y Tres. Al estar cansado nuestra atención disminuye. Todos hemos sufrido esto cuando por las noches estamos más distraídos o nos cuesta más seguir una conversación. El problema de las personas que sufre depresión es que se junta con Uno. Al no ser capaz de hacer nada productivo por el cansancio y la dificultad de prestar atención en consecuencia del cansancio, el autoestima sufre. 


Cinco se podría definir casi como la pereza. Pereza a salir, relacionarse, vestirse y demás tareas cotidianas. Cinco es consecuencia directa de Uno. Si tu autoestima está baja piensas que los demás ven exactamente lo mismo que tú, entonces no merece la pena esforzarse. Uno y Cinco se retroalimentan porque cuanto más baja autoestima se tiene, más pereza dan las cosas y cuanta más pereza más te baja el autoestima. Es un ciclo vicioso que nunca termina.



Seis es la tristeza profunda. La tristeza es sí es un sentimiento que todos hemos sufrido. Todos en algún momento nos hemos sentido tristes por diversas razones (nos hemos peleado con un amigo, ha muerto un ser querido, hemos recibido una mala noticia) y es lo más normal del mundo. Sin embargo, el problema surge cuando está tristeza empieza a prologarse en el tiempo sin un motivo que la justifique. Esto último es lo que le sucede a Alma. El llanto sin control, sin motivo y prolongado es uno de los síntomas más comunes de la depresión. 

El último, siete, es ira incontrolada. Los ataques de ira son, quizás, uno de los síntomas menos conocidos de la depresión. Cuando alguien piensa en una persona con depresión es muy probable que piense en una persona extremadamente triste que no quiere salir de la cama y es cierto, eso pasa. Pero la ira es la otra cara de esa moneda. La ira es una manifestación mal gestionada de una realidad interna de la persona de un malestar interno prolongado en el tiempo. Es fácil que una persona con depresión tenga episodios de ira seguido de episodios de tristeza profunda sin un motivo claro.




Estos síntomas por separado no son problemáticos. Que un día estés triste o te enfades o no duermas bien, es de lo más normal. Pero cuando se prolongan en el tiempo pueden resultar muy peligrosos y pueden afectar gravemente la vida de las personas. La depresión puede darse en un episodio aislado de tu vida por diversos motivos o puede ser crónica lo que de no ser tratado puede llevar al suicidio. Los casos más leves, que son también los más comunes, se pueden tratar con terapia sin medicación. Los más graves necesitan una medicación proporcionada por un psiquiatra. Pedir ayuda es lo primordial en estos casos. Alma la llama la Cazadora de Monstruos y, en parte, tiene razón. Los profesionales de la salud mental son los encargados de ayudarnos a expulsar a esas voces que nos dicen que no servimos para nada o que no hacemos nada bien. Y está bien pedir ayuda.


Quiero acabar este deconstruyendo con la frase por excelencia de mi madre, porque tiene razón, porque si se pide ayuda se puede solucionar todo, porque os prometo de corazón que todo va a salir bien




¿Os gustan estas entradas? ¿Qué otros deconstruyendo queréis que haga?  Todo en comentarios y nos vemos en el próximo post. 



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